Para el pasado domingo teníamos preparada una completa jornada para iniciarse en esto de caminar por el monte. La propuesta consistía en realizar una visita guiada a Alpuente, desplazarnos por el GR-37 desde esta localidad hasta Titaguas y visitar, de paso, las pinturas rupestres del Ricón del Tío Escribano.
Alpuente goza de una privilegiada situación. Sus 978m de altitud, su escarpada orografía y su situación geográfica han sido testigos del paso de la historia. Así nos lo fue explicando Maite Suñer en la visita guiada que disfrutamos. Durante el paseo por sus calles y plazas pudimos conocer algo más de esta villa.
Tras el almuerzo junto al lavadero comenzamos el recorrido por esta parte de la comarca de La Serranía. En la aldea de las Eras seguimos el curso del Reguero hasta el acueducto de Los Arcos. Su misión era llevar las aguas desde las fuentes próximas hasta Alpuente. Tras cruzar la carretera tomamos la Vía Pecuaria hasta la aldea de Baldovar (900m). Según un dicho popular:
Para cantar, un navarro
para bailar, un francés
para tocar la guitarra
un mocito baldovés
Tras un breve descanso junto a la fuente, nos quedaba un largo trecho por la Hoya del Hacha. Estamos rodeados de campos de cultivo y el calor llegaba a ser algo incómodo por momentos. Cerca ya del collado de las Cambrillas decidimos que había llegado la hora de reponer fuerzas y comer. Después del plato principal empezaron a aparecer el chocolate, los mazapanes, ... ¡Qué bueno sabe todo en el monte! Alguno echó en falta una cervecita, pero para eso todavía teníamos que caminar un rato más.
Continuando por la vereda llegamos a un lugar conocido como los Majanillos. En este punto podemos continuar por el collado de la Lámpara o desviarnos por los corrales de la Hoya del Hacha. Esta opción era la prevista ya que queríamos visitar las pinturas rupestres del Tío Escribano.
Seguir el sendero nos dio algo más de trabajo del esperado, pero el equipo funcionó y llegamos sin novedad al abrigo calizo de la época Mesolítica. Tras la visita tomamos dirección al barranco de la Tejería, fuente de la Zarza y cervecita,.... quiero decir Titaguas.
Para terminar visitamos la bodega Polo Monleón, donde D. Manuel en persona nos enseñó el proceso de elaboración del vino "Hoya del Castillo", sus barriles de crianza, la embotelladora,...
Por nuestra parte agradecer la compañía de todos/as los participantes. Ha sido un placer sendear con vosotros. Si queréis ver algunas fotos, pulsad AQUÍ.
1 comentario:
Una pasada.
Gracias Emilio, por esta gran labor y este trabajo tan necesario que nos alegra el espíritu.
Un placer para los sentidos.
Bss
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