Estupendo fin de semana el que hemos pasado en Teruel. Después de un par de días de tensión por la climatología y el estado de las carreteras, el viernes empezamos a recibir noticias favorables y tomamos la decisión de continuar con lo previsto. Salimos de Valencia el sábado y a la hora de almorzar ya estábamos en la Antigua Fonda de Villel. La primera parte de la excursión sigue un camino paralelo a la Rambla de la Chartera. La nieve y el silencio acompañan nuestros pasos. Llegamos a la ermita de San Pablo y a la laguna (helada) cercana. A nuestro paso se suceden antiguos corrales y majadas con el característico color rojizo del rodeno. Poco a poco el camino se va haciendo más angosto hasta llegar al conocido como Barranco del Tranco o Trancos de la Chartera. El río se ha abierto paso formando un estrecho barranco que se ha equipado para salvar algunos saltos. En muchos momentos podemos tocar ambos lados del barranco. Hacemos el tramo más divertido y volvemos sobre nuestros pasos. Tomamos el camino que rodea Los Cuchillos hasta bajar al Barranco del Hocino. Allí nos espera el Santuario de la Fuensanta; lugar donde decidimos que ha llegado la hora de descansar de esta segunda parte del recorrido, comer y coger fuerzas. Desde allí seguimos la pista de vuelta a Villel.
En poco más de media hora ya estábamos en nuestro alojamiento, el hotel El Mudayyan de Teruel. A pocos metros de la Plaza del Torico. Algún paseo, unos vinos y a descansar. Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ
El domingo nuestro destino era Albarracín y el Barranco del Cabrerizo con sus abrigos con pinturas rupestres. A medida que íbamos adentrándonos en el Barranco la estampa era cada vez más idílica. La piedra de rodeno con sus formas caprichosas, los pinos y la nieve llenaban de magia el conjunto. Cada rincón invitaba a una fotografía o a dejar volar la imaginación. Subíamos poco a poco hasta llegar al barranco del Navazo, casi un altiplano, con la visita a la Cueva de los Toricos del Navazo. Poco faltaba ya para finalizar nuestro recorrido aunque antes el bus, con el maestro Javier a los mandos, tenía que calzarse las cadenas para llegar a recogernos y hacernos la vida un poco más cómoda. (Gracias Javi).
Quería resaltar también que después del desayuno pudimos hacer un recorrido guiado por la galería del siglo XIV situada en el sótano del hotel. Parece ser que en otras épocas la vida íntima del clero circulaba por estas galerías. Un relato lleno de curas, damas de la burguesía y, con todo seguridad, más de un buen mozo mañico. Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ
Fotos de Toni de los dos días AQUÍ
Fotos de Toni de los dos días AQUÍ
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