Una de las acciones para fomentar el turismo de interior en
la Mancomunidad Espadán – Mijares ha sido la realización y marcaje del sendero
GR-333. Ayer realizamos una pequeña parte entre Tales y Fanzara. Buen marcaje,
demasiados tramos de asfalto y escasa información. Suponemos que cuando le
llegue la homologación se habrán subsanado estos pequeños inconvenientes. Tales
se arremolina a los pies de su derruido castillo a orillas del río Veo y a las
puertas de la Serra d’Espadà. El trayecto toma dirección Norte por antiguos
caminos entre campos de secano y algunos, los más cercanos a la localidad y con
buenas comunicaciones, de regadío. Los cítricos se van apoderando de nuestros
montes pese a su aparente abandono en muchos lugares.
Tenemos que salvar Cantallops para pasar al
valle que riega el Mijares. Es quizá la parte más atractiva del recorrido que atraviesa
una extensa pinada entre antiguos bancales de pedra en sec. Llegamos al Mas de
los Canónigos donde realizamos una corta parada para descansar. Pasamos junto a
la fuente y, más tarde, por el Corral de los Casales. Seguimos bajando hasta
llegar al Barranco de la Muela que no llevará al río Mijares; el riu Millars.
Llega la parte más entretenida de la excursión o, por lo menos, la más
fresquita. Hay que descalzarse para cruzar el río algo más crecido que de
costumbre. Por un agradable camino llegamos a Fanzara a avituallarnos y disfrutar
de su Museo Inacabado de Arte Urbano MIAU.
En esta ocasión Anna se llevó el sorteo de los bastones obsequio
de DEPORTES ALVARADO. Creemos que le va a dar mucha caña.
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