DESDE LA PORTERÍA ALTA |
Los Carmelitas llaman Santos Desiertos a lugares apartados
donde poder dedicarse a la oración y la vida contemplativa. Cerca de Castellón
encontraron un lugar apartado, con fuentes caudalosas. Eran unas montañas donde
abundaba la planta del palmito (Chamaerops Humilis). Estas singularidades le
dieron el nombre de Desert de les Palmes. Hoy convertido en Parque Natural y
hogar, todavía, de una comunidad de Carmelitas Descalzos. Uno de sus
fundadores, fray Bartolomé, acostumbraba a subir a lo alto de la sierra, de ahí
el nombre actual de esta cima, El Bartolo.
Comenzamos la subida desde la Ermita de Les Santes, Santa Águeda y Santa Lucía patronas
de Cabanes. Un recorrido por la umbría de la sierra que, por
el arbolado y algunas nubes, se hizo más placentero de lo esperado. En menos de
dos horas hicimos el recorrido desde la carretera a la ermita y, finalmente, el
Bartolo. Cambiamos la vista del Penyagolosa por la del mediterráneo,
Columbretes incluidas. Tras las fotos de rigor, comenzamos el descenso hasta llegar a la iluminada Portería
Alta, un buen sitio para cenar y contemplar.
Casi de
noche cerrada llegamos al Monestir del Desert de les Palmes, rodeamos La Pallisa
y tomamos la estrecha senda del Convent Vell. En este el tramo debíamos
extremar las precauciones hasta la Font de la Teula. Por el Corral de Sant
Elíes y la Font Pollosa llegamos a la vereda junto al Barranc del Desert.
Barranco responsable de la riada que destruyó el antiguo convento y hizo
necesario su traslado a su emplazamiento actual. Seguimos el barranco hasta llegar
finalmente a la estación de ferrocarril de Benicassim. Ya en bus nos acercamos
a las playas para saltar las olas, hacer una hoguera o, simplemente,
avituallarnos.
Fotos de la excursión AQUÍ
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