La comarca de La Serranía del Turia es una parte de nuestra provincia que le tenemos una consideración especial y volvemos a ella con cierta frecuencia. En esta ocasión hemos realizado otro tramo del GR-37 entre la Yesa y la aldea de La Torre. Esta zona perteneció a la Taifa de Alpuente allá por el siglo XI y, tras su incorporación al Reino de Aragón, fue territorio de frontera con el de Castilla. Apaciguados los ánimos tras la unión de los reinos no vuelve a vivir momentos convulsos hasta nuestra guerra civil. Terreno de paso para el ganado trashumante, el sendero de las Vías Pecuarias poner en valor estos caminos públicos para un uso más recreativo.
El tramo que recorrimos ayer es, sin duda, uno de los más ricos en cuanto a variedad de paisaje. Abundan los terrenos de cultivo; impresionantes los nogales y sus extensos campos de cereal. Los pequeños bosques de carrascas van salpicando el paisaje entre los pinares de repoblación. Aunque la verdadera protagonista del día es la Sabina Albar. Reliquia del Terciario sobrevive a las duras condiciones del clima casi continental de la zona.
Salimos de La Yesa en dirección a la Rambla de Ahillas en un día caluroso aunque con unas nubes blancas que anticipaban cambios. La lluvia de la tarde anterior no permitía disfrutar de gran variedad de aromas y el terreno mullido hacía muy cómodo el paseo. Al llegar a las cercanías del aeródromo, termina el bosque de ribera y los campos de cultivos y nos vamos adentrando en un terreno dominado por la carrasca. A medida que ganamos altitud van apareciendo magníficos ejemplares de sabinas. Terminada la primera subida del día, nos adentramos en el Barranco de Ballesteros que nos irá guiando hasta la aldea de La Cuevarruz.
A la salida de este núcleo de población una fina lluvia nos acompaña durante un rato y hace más agradable, si cabe, la caminata. Los pequeños grupos de sabinas se alternan con campos de cultivo. Es impresionante poder caminar junto a ejemplares que pueden llegar a tener mil años de antigüedad. Una de estas sabinas acoge al grupo a la hora de comer. Continuamos nuestro recorrido siguiendo las marcas rojas y blancas del sendero hasta llegar a la aldea de La Torre; punto final de nuestra excursión.
Por la mañana hicimos el tradicional sorteo de bastones que nos facilita DEPORTES ALVARADO. En esta ocasión van a tener un uso largo en el tiempo ya que fueron a parar a las jóvenes manos de Diego, waterpolista y músico en ciernes. ¡Disfrútalos!
1 comentario:
Fenomenal la excursión, como siempre, y gracias por lo bien que hacéis sentir a Diego entre vosotros. Es un lujo teneros como compañeros de andanzas...
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