CASTILLO DE MAUZ |
Es difícil destacar algo de la ruta de ayer. Un castillo, un paraje, un rincón,... Destaco la foto del castillo de Mauz porque es la última imagen que vimos antes de llegar a Sueras. Además me vino a la memoria que por la mañana habíamos estado en la nevera de Espadán y parecía que habían pasado varios días. Espadán es intenso no solo por su gran extensión sino por la variedad de rincones que puedes encontrar. Llevo muchos años pateándolo y cada vez me sorprende más. Como decía, empezamos en el collado que separa Algimia de Almonacid de Alcudia de Veo; junto a la nevera de Espadán. Desde su construcción en el siglo XVIII servía tanto al valle del Palancia como a la Plana de Castellón. De planta circular, tiene una abertura en la cubierta para la carga de la nieve. Desde este punto iremos bajando a la sombra del Rápita hacia el lecho del río Veo. Junto a él destaca el despoblado del Jinquer y los restos de su castillo. Esta antigua aldea morisca perdió sus habitantes en dos sucesos funestos de nuestra historia. A consecuencia de la expulsión de los moriscos, la primera vez, y, definitivamente, durante la guerra civil.
Una vez repuestas las fuerzas comenzamos la subida más larga del día. Con el río a nuestra derecha se iban sucediendo los campos de secano con la grata sorpresa de una de las maravillas de este lugar: un pequeño bosque de castaños, una rareza por estas tierras. Continuamos la subida hasta llegar al cruce de caminos del collado cercano al Rápita. Las fuertes lluvias y vientos de los últimos días nos obsequiaron con una extraordinaria visibilidad. Del Gegant de Pedra vigilante podíamos distinguir cada uno de sus pliegues y, a nuestros pies, podíamos ir enumerando valles y colinas. Con estas llegamos al punto más alto del recorrido, la nevera de Cuatro Caminos. Es de una fábrica impresionante y conserva todavía casi todos sus elementos, salvo la cubierta. Hasta principios del siglo XX estuvo en funcionamiento.
Cambiamos de vertiente y pudimos ver el castillo de Mauz y el Barranco de Castro que era nuestro siguiente punto de referencia. Antes, paramos a comer junto a la atalaya cercana a las trincheras de Villamalur. Estábamos en el eje XYZ o línea Matallana que constituyó el frente a finales de la guerra civil. Continuamos por esta línea hasta encontrar las marcas rojas y blancas del GR-36 que seguimos hasta el Barranco de Castro. Solo teníamos que seguirlo hasta encontrar la fuente del mismo nombre.
Cercano al despoblado el grupo pudo elegir entre dos opciones: continuar caminando junto al barranco o subir al castillo. No llegan a doscientos los metros de desnivel que hay que salvar para llegar al Castillo de Mauz. Sin embargo, la vista sobre La Plana es impresionante. Ya desde el espacio inferior podemos disfrutar del paisaje que nos rodea. En la parte alta destaca la torre de homenaje y el patio de armas. El recinto intermedio, donde se realizaban las tareas cotidianas, conserva restos de dependencias y recintos varios. En la parte más baja, el albacar, se situaban los corrales y era donde se refugiaba la población que vivía al exterior de sus murallas.
Solo nos quedaba seguir bajando hasta llegar a Sueras. Un rato para el avituallamiento sólido y, sobretodo, líquido y para casa. Claro que todavía teníamos que sortear los bastones telescópicos obsequio de DEPORTES ALVARADO. Marga S. se los llevó y, estoy seguro, le va a dar mucha caña.
Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ. En nuestro facebook también hay "compartidas" un montón de fotos más.
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