Desde nuestro magnífico alojamiento en Zakopane salimos en
bus hacia el país vecino, Eslovaquia. La primera jornada la dedicamos a la
población de Levoca y el cercano castillo de Spis. El conjunto es Patrimonio de
la Humanidad y el castillo es la mayor fortificación de origen medieval de la
Europa Central. Levoca me pareció una antigua ciudad menestral, me imaginé sus
calles repletas de artesanos al servicio del señor y, también, cruce de caminos
donde confluyen personajes de todo pelaje. Todo se articula alrededor de la
Basílica de Santiago, el ayuntamiento y la iglesia evangélica. Y, a su vez,
entre las antiguas murallas. Para refugiarme de la lluvia entre en un café
bastante animado y, al olor del tabaco, recordé las pasadas épocas del ducados
y el cortado de media mañana. Parece que la prohibición de fumar no ha llegado
todavía por aquí. Fotos de J. Pascual AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.
Era domingo y teníamos que mentir un poco a la gente. Hoy
recorrido sencillo, no más de seiscientos metros de desnivel, no os preocupéis…
En este punto del partido ya sabíamos hasta donde podíamos llegar y como
estábamos de fuerzas. Salimos del concurrido Tatranska Kotina por el Valle de
Siedmich Pramenov y el refugio Plesnivec (1.290m) hasta el lago Belke Viele
(1.615m) y el refugio junto al lago Zelene (1.551m). Un lugar mágico junto al
lago verde rodeado de paredes de escalada. Muy buen ambiente cervecero… y de
montaña. Bajamos hasta Biele Voda por el Valle de Kermarskej. Como el ambiente
en el grupo era de euforia y muy agradable teníamos que contar la verdad. El
“paseo” había sido de casi 21kms con un desnivel de ↑1.000m / ↓800m. Y tan
panchos. Fotos de J. Pascual AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.
Nos alojamos en la población de Stary Smokovec, en el Hotel Villa Siesta. La primera noche pudimos “disfrutar” de una boda eslovaca y añorar nuestra restrictiva normativa turística. ¿Nos estamos convirtiendo en alemanes?
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