lunes, 14 de diciembre de 2015

ESLIDA. DINAR DE NADAL

Eslida, identificada por algunos con la Oleastrum de los romanos, destaca actualmente por muchas cosas. El corcho, el aceite, la miel,... son sin duda elementos importantes de esta población y, sin duda, protagonistas de la economía de la comarca. Pero entre nosotros sus admiradores fieles destaca por el Cremaet de Casa Paquita. No quiero desmerecer sus almuerzos, que tienen merecida fama. Si se pudiera envolver sería un caramelo y si se presentara a las elecciones, ganaría por goleada. Cremaet for President!!!! Paso al Molt Honorable Cremaet, President de la Generalitat. Hasta suena bien.

Ayer pudimos disfrutar de una mañana estupenda caminar por Espadán y disfrutar de sus innumerables rincones maravillosos. Pasamos la Rambla de Eslida con un solecillo mañanero que invitaba a caminar. Las húmedas zonas de umbría daban un punto de frescor al recorrido. Los alcornoques nos mostraban su desnudez tras su ofrecer su codiciada piel. Seguramente nos la volveremos a encontrar aislando un buen vino. La ruta es una sucesión de bajadas y subidas; de fuente a fuente y sigo porque me lleva la corriente (o algo así). Y así pasamos la mañana haciendo apetito para disfrutar de la comida que nos había preparado Paquita y su familia. Todo un ejemplo de laboriosidad y buen hacer. Fuimos pasando de los entrantes a los salientes; de la olla al cordero; del cava al cremaet. ¡Qué manera de sufrir!

Al final brindamos por el año nuevo y realizamos algún que otro sorteo:
- Los bastones obsequio de DEPORTES ALVARADO fueron a las ocupadísimas manos de Diego L.
- Los dos lotes de calcetines de CASA PAQUITA se los llevaron Pilar N. y Juan G.
- Los tubulares SENDEANDO Inmaculada P. y Ramón N.
- Las dos excursiones gratuitas para dos personas se las llevaron Edu D. y Javier R.
- Y el fantástico BONO 5+1 SENDEANDO fue para Cristina C.

En esta ocasión quisimos agradecer la fidelidad de las dos personas que más nos han acompañado en nuestras excursiones durante 2015. Para Vicente y para mi fue un honor entregar los chalecos Sendeando-Alvarado a Hortensia Pascual y Manuel Pelejero. El año que viene más.

Podéis ver las fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

SERRA DE BÈRNIA

Dicen los libros que la Serra de Bèrnia es "una alineación montañosa que separa las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baixa, orientada de NO a SE, con una longitud de 9km. Su máxima altura es el pico de Bèrnia (1.128m), vértice geodésico de segundo orden". Dicho así queda muy bien, muy conciso y claro. Pero como todas nuestras montañas, es mucho más. Es toda una caja de sorpresas. 

Desde la umbría el paisaje está dominado por los bancales que comenzaron a construir nuestros antepasados musulmanes para extraer un poco más de beneficio a estas tierras de secano. A los pies de almendros y olivos cultivaban el cereal, necesario para su precaria subsistencia. Cuando llegaron los vecinos del norte, además de lengua y religión, también llevaban muchas deudas que pagar a sus aliados. Y estas tierras fueran la moneda de cambio para satisfacerlas. Desposeídos de la tierra que les vio nacer o, en el mejor de los casos, esclavos de los nuevos señores, las rebeliones no se hicieron esperar. El edicto de expulsión fue la gota que colmó el vaso y los puertos cercanos fueron testigos de la expulsión de miles de valencianos que lo único que había hecho era trabajar duramente y profesar la religión perdedora en aquellos tiempos.

Cuando nos internamos en el Forat de Bèrnia, renacemos a la solana de la Sierra. Tenemos delante de nosotros, entre brumas, la impresionante bahía de Altea y el Albir; la Serra Gelada y las edificaciones de Benidorm. Si seguimos hacia el interior aparecen las atalayas del Puigcampana, Ponoig y Aitana, los guardianes de estas tierras. Tras un buen rato de subidas y bajadas entre canchales de roca llegamos al Fort de Bèrnia; a lo que queda de él, claro. Cansado de tantas rebeliones moriscas y de los ataques costeros, Felipe II encargó al ingeniero italiano Antonelli un acuartelamiento para la defensa de estas tierras y su costa. En su curriculum  tenía la obra del embalse de Tibi, uno de los primeros que se realizó en Europa. Eligió el emplazamiento y su construcción estuvo rodeada del mayor de los secretos. 

En 1562 entregó las llaves del edificio y comenzó el principio del fin. Su emplazamiento no era el idóneo para combatir la piratería y el edicto de expulsión de los moriscos de 1609 acabó con las rebeliones en la zona. Por miedo a que fuera utilizado por los grupos de bandoleros que empezaron a surgir, fue demolido en 1612. Cuando terminamos de comer junto a los restos del Fort parecía que la excursión estaba casi terminada y que lo haríamos caminando entre  avenidas de viviendas turísticas. Pero esta sierra esconde muchos secretos. Teníamos que recorrer el Camí de les Revoltes, antiguo recorrido de aproximación a la montaña construido entre masías y bancales. Pasamos por algunas fuentes y, finalmente, llegamos a Altea la Vella que pasa una tarde festiva entre la tranquilidad y el silencio. Fotos AQUÍ.

Como ya es tradición, sorteamos el par de bastones telescópicos obsequio de DEPORTES ALVARADO. Pablo M. se llevó el gato al agua. Años tiene por delante para usarlos. Enhorabuena!!!

lunes, 23 de noviembre de 2015

SOT DE CHERA - CHULILLA

Desde la ermita de San Roque aparece Sot de Chera entre el Cerro Morrón y el río Sote (como aquí llaman al río Sot de Chera). Como en muchos otros casos, el origen de las palabras, su etimología, le viene como anillo al dedo. Sot viene del latín saltus; paso, estrecho. Chera, prerromano, significaba peñasco. Y así es; el río Sote se retuerce en pasos angostos en presencia del Morrón que sobresale entre otros accidentes orográficos. El río, que se llama Reatillo al salir del embalse de Buseo, cambia de nombre y serpentea hasta rendir sus aguas al río Turia. Ese mismo río que se encañona aguas arriba a su paso por Chulilla y que tendremos la suerte de acompañar en el final de nuestra excursión.

Salimos cuando tañen las campanas de la iglesia de San Sebastián por la recoleta plaza de Juan de Juanes y las estrechas y empinadas callejuelas que llevan a la carretera. Para evitar parte del camino de Cubillas tomamos una estrecha senda que sube en zig-zag hacia la parte alta de la sierra. A nuestra izquierda podemos ver el mirador del Cerro Morrón. Entre olivos sorteamos la sierra para comenzar el descenso, algunas veces difícil, que nos lleva al Barranco de Vallfigueras. Tenemos Chulilla al frente a medida que nos adentramos en la umbría del estrecho con las paredes del Cerro Negro a nuestra derecha. Cambiamos de vertiente para remontar el barranco; aunque no lo parezca estamos en la vereda de Castillo, paso de ganado en busca de mejores climas.

Hacemos una parada en el lecho del barranco y damos opción a visitar las pinturas rupestres cercanas. Ahora viene un tramo bastante divertido antes de tomar la pista del embalse. Desde el collado ya se divisan sus aguas. Loriguilla regula las aguas del Turia antes de llegar a terrenos más estrechos y peligrosos. La bajada es agradable con las aguas del pantano mecidas por un fuerte viento. Llegamos a la zona de la presa con algún susto debido a las piedras sueltas. Nada grave afortunadamente. Desde aquí nos adentramos entre las paredes dominadas por los escaladores y el río. Es la denominada Ruta de los Pantaneros.

Cuando la construcción del embalse, los trabajadores realizaban este itinerario desde Chulilla; de ahí su nombre. Por otra parte, los gancheros bajaban la madera hacia Valencia salvando estos peligrosos tramos. Se dice que los más hábiles procedían de la cerca Chelva y que eran muy buscados por su gran pericia en el paso de los tramos más peligrosos. En cualquier caso, sea por los pantaneros o por los gancheros, viene bien recordar lo difícil que eran muchos de los trabajos de aquella época no tan lejana.

Volvamos a la excursión que ya me he ido por las ramas, o mejor dicho por las paredes. Bajamos hasta el cauce buscando un lugar para comer. Paramos junto al primer puente a reponer fuerzas. Como no hay café a mano ni un poco de vino, abreviamos y nos ponemos en marcha. Pasamos el primer puente y tomamos las escaleras que llevan al segundo. Algo más alto y empinado que el anterior en el que formamos una buena cola. Entre risas y algún canguelo llegamos a la parte alta del río. Esta última parte de la excursión es bastante cómoda y nos permite disfrutar de unas vistas extraordinarias sobre el cauce y el cercano Charco Azul.

Volvemos a caminar entre olivos para llegar a Chulilla y poder disfrutar de un rato (frío) para visitar la población y tomar algún refrigerio (o dos). Fotos de Ramón AQUÍ  y de Sendeando AQUÍ.

En esta ocasión hicimos dos sorteos. Los bastones obsequio de DEPORTES ALVARADO recayeron en José Luis F. y el tubular Sendeando en Inmaculada P. Enhorabuena y que lo disfrutéis.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

CUENCA

La Serranía de Cuenca es un interesante territorio que merece ser visitado más concienzudamente. En esta primera aproximación comenzamos por Uña, en la Serranía Media. Esta población está situada entre el río Júcar y la Laguna. En realidad la Laguna de Uña es el resultado del aporte de aguas de los canales del embalse de la Toba y del río Rincón. Fue creada artificialmente para depósito de agua y piscifactoría. En cualquier caso, su situación al pie de Cerro Candalar aporta al paraje una sensación de tranquilidad que contrasta con los cortados producto de la erosión milenaria.

Comenzamos la excursión junto a la piscifactoría para comenzar la subida por el Escalerón. El camino asciende entre sinuosas lazadas hacia la parte alta de la sierra. Al llegar a la parte alta solo tenemos que pasear por la pista y disfrutar de las espectaculares vistas que se nos ofrecen a nuestra izquierda. Cruzamos algún barranco, nos adentramos en el pinar, paramos en alguno de los miradores, seguimos caminando,... ¡Qué buena vida! Para bajar hacia Uña nos queda la parte más emocionante del recorrido, la Raya. Este camino aprovecha las caprichosas formas que la naturaleza ha ido realizando para atravesar los cortados y facilitarnos el descenso hacia la laguna. Es el momento de reponer fuerzas antes de terminar el recorrido.

Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.

En el desplazamiento a Las Majadas hicimos una parada en el lugar conocido como El Ventano del Diablo. Es un mirador excavado en la roca con vistas hacia el río Júcar. Cuenta la leyenda que fue realizado por el diablo para atraer a los visitantes. Estos quedaban prendados por las vistas hasta tropezar y caer al abismo. Actualmente una oportuna barandilla hace más difícil la caída pero las vistas siguen siendo impresionantes. Fotos de Ramón AQUÍ.

Seguimos camino hacia Las Majadas para realizar un interesante recorrido por Los Callejones. Es uno de los lugares más relevantes de La Serranía de Cuenca. Estas rocas, llamadas dolomías, están formadas por carbonato cálcico magnésico y son solubles al agua.  El agua circula por la rocas y va formando una serie de surcos alargados. A medida que continúa este proceso, estos surcos se van ensanchando formando pasillos y callejones. Al final del proceso estos callejones se ensanchan formando plazas y laberintos singulares. Nuestro paseo consistió en ir recorriendo estas formaciones siguiendo un itinerario señalizado. Pudimos transitar por estrechos callejones y rodear estas formas caprichosas imaginando figuras conocidas.

Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.

Para el domingo teníamos preparado un recorrido que combina el espacio natural y urbano de la siempre espectacular ciudad de Cuenca, Patrimonio de la Humanidad. Desde el hotel nos dirigimos a la Junta, lugar donde se unen las aguas del Júcar y del Huécar. Caminamos a los pies de la ciudad y por un camino construido sobre las aguas del río hasta cruzarlo por una pasarela. Comenzamos la subida por el Camino de San Julián. Estamos en la parte alta de la hoz sin perder de vista la ciudad que tenemos situada al otro lado del río. El sendero va ganando altitud y alterna zonas despejadas y zonas de pinar. Llegamos a la ermita de San Julián el Tranquilo, Patrón de Cuenca. Una vertiginosa bajada nos lleva a la orilla del Júcar que cruzamos por otra pasarela en el lugar conocido como las Grajas. 

Cuenca es la pasión del vértigo (F. Muelas)
Situados en la vertiente izquierda del río iniciamos el regreso a la ciudad. Primero lo hacemos al nivel de las aguas hasta el paraje de San Juan de la Ribera, donde iniciamos una corta pero intensa subida. Seguimos en la misma dirección pero las vistas cambian. Al poco tiempo llegamos a la Ermita de la Virgen de las Angustias. lugar muy querido por los conquenses. Desde aquí callejeamos para llegar a la Plaza Mayor donde destacan la Catedral y el Ayuntamiento. Tomamos la Ronda Julián Romero en dirección al Castillo. Hacemos una parada para admirar la antigua Posada de San José antes de llegar a la muralla. Pasamos por el lugar más estrecho de Cuenca donde podemos admirar las dos hoces; a nuestra derecha la del Huécar y a nuestra izquierda la del Júcar.

Tras un rato libre para descansar, refrescarnos y admirar las vistas, continuamos nuestra excursión. Desde el mirador podemos ver el Parador, el puente de San Pablo y las famosas Casas Colgadas. Nosotros bajamos por una estrecha senda hacia los restos de la antigua casa del poeta Federico Muelas. Ahora transitamos entre huertas hasta llegar a la calle Canónigos y adentrarnos en una ciudad de calles estrechas y silenciosas. Los turistas quedan arriba, junto a la Catedral, todos juntos para no perderse. Nosotros terminamos el viaje reunidos alrededor de las mesas del mesón el Roble. Brindamos por Cuenca, por los excepcionales guías Ramón  y Tere y, por supuesto, por nosotr@s.

Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.

lunes, 9 de noviembre de 2015

ALCOI - AGRES

MONTCABRER DESDE PLA DE LES VAQUES
El Montcabrer (1.390m) es la tercera cima de la provincia de Alicante y es el punto más alto de la Serra de Mariola (Parque Natural). Mariola es un paraíso para las plantas medicinales y aromáticas y es uno de los lugares donde se fraguó la larga tradición montañera en nuestras tierras. Conviven profundos barrancos con suaves laderas; restos de antiguas industrias con pozos de nieve (caves); especies tan amenazadas como el tejo con una numerosa colonia de buitres.

Nuestro recorrido unía Alcoi, en el sur de la sierra, con Agres, en el norte; con el aliciente de subir al techo de la sierra. La primera parte recorre el Barranc del Cint, posiblemente uno de los lugares más característicos de esta parte de la sierra. Hemos dejado atrás la esbelta chimenea del Teular del Llonganiser, antigua fábrica de tejas. Pasada la parte más angosta, se suceden las masías y campos de cultivo. Pasado el Mas dels Capellans empezamos a ver los efectos del último incendio. Llegamos al Coll d'en Sabata, donde hacemos una parada para recuperar fuerzas y disfrutar de las vistas.
Cambia el paisaje y comenzamos la dura subida hacia el Pla de les Vaques y les Penyes Monteses. Nuestra cima está ahí cerca. Ya podemos ver la última rampa que nos llevará a tocar el  vértice geodésico,... y sus cabras. Nos juntamos con otros grupos que también quieren disfrutar del día soleado que tenemos y de la extraordinaria panorámica que podemos contemplar.

Empezamos la bajada y paramos a comer en un pinar en una zona denominada Les Saleretes. El sol invitaba a una buena sobremesa con siesta incluida. Repuestos de la subida llegamos a la zona de los pozos de nieve. Visitamos la Cava Arquetjada o Cava Gran, en perpetua rehabilitación. Después nos acercamos a la Cava de l'Habitació, de más modestas dimensiones pero en buen estado. Pasamos junto al abandonado refugio Montcabrer y comenzamos el fuerte descenso por l'Ombría de Agres.  El camino está muy húmedo y las rocas muy resbaladizas, por lo que tenemos que extremar las precauciones.

Cruzamos un barranco y llegamos a las inmediaciones del Castell de Agres y el Convent. Del primero quedan algunos lienzos de muralla y del segundo, el santuario de la Mare de Deu del Castell d'Agres y el Convento Franciscano. Aunque lo que destaca es bosque otoñal que los rodea. Callejeando llegamos a Agres. Si miramos atrás la sierra está envuelta en nubes. Vuelve a ser el hogar donde los buitres vuelan en silencio y la soledad llega a sus cimas y barrancos.

Fotos de Toni M. AQUÍ, panorámicas de Alberto I. AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.

No me olvido comentar que sorteamos los bastones de DEPORTES ALVARADO. Fueron a parar a las manos de Jorge B., debutante con nosotros. Enhorabuena.

lunes, 26 de octubre de 2015

CASTELLFORT - PORTELL DE MORELLA

CASTELLFORT
Empezar una excursión en la plaza del ayuntamiento ya es un buen augurio. El conjunto monumental es muy interesante. La iglesia parroquial en la que destaca Sant Roc en su portada barroca; la cofradía de Sant Antoni, "la Cofradía dels Letrats"; los porches de la antigua lonja comercial y la "finestra del mirador", observatorio fiel de la antigua pujanza mercantil y ventana hacia los bancales, la cultura de la "pedra en sec"; y finalmente el ayuntamiento, obra actualizada en la que destaca, precisamente, el acceso lateral a las antiguas celdas.

Salimos de la población y, aunque tengamos que subir, podemos disfrutar de unas vistas nuevas para nosotros de Castellfort. Caminamos entre muros por el Assagador de Ibáñez hasta llegar a la cota más alta de nuestro recorrido donde vemos el Mas del mismo nombre. Atravesada la propiedad continuamos nuestro recorrido; algunas veces atravesando fincas y otras por antiguos caminos de trashumancia. Un rebaño de ovejas nos cruza buscando pasto fresco. El Assagador de les Alberedes termina en un frondoso pinar junto al Barranc de la Rambleta.

PONT DE LA RAMBLA
Tenemos que volver a subir pero esta vez serpenteamos por un bosque de pinos salpicado de manchas amarillas, ocres, rojas,... del otoño en que nos encontramos. Llegamos al antiguo camino de Portell a Castellfort. A nuestra izquierda el impresionante tajo que ha formado la Rambla de Sellumbres, Paraje Natural Municipal. En fuerte descenso llegar al Pont de la Rambla. Sus diez metros de anchura se salvan con un solo arco. De su posible construcción romana solo se conoce la existencia de una calzada, pero ya en 1212 se habla de él en la crónicas medievales. Sucesivas riadas y posteriores rehabilitaciones dan idea de la importancia de dicho paso para los habitantes de Els Ports. Seguramente el que sea protagonista del peregrinaje desde Portell a la Ermita de Sant Pere de Castellfort ayuda.

Comemos en el puente y nos queda llegar a Portell. La primera parte es una dura subida asfaltada hasta la Creu de Fusta o Creu de les Artigues. Cruzamos el Barranc de la Cova Antolá y tomamos un ancho camino que nos lleva hasta Portell de Morella.  Cruzamos un barranco y entramos en la población junto al lavadero, fuente y ermita de Ntra. Sra. de la Esperanza. Callejeamos hasta llegar al Ayuntamiento, donde destaca su porche y el armónico conjunto que forman las casas colindantes. A nuestra izquierda la iglesia parroquial y su poderosa torre, recuerdos del castillo que configuró la actual trama urbana. Fin de trayecto. Fotos de Ramón N. AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.

Por supuesto que tuvimos nuestro sorteo de bastones obsequio de DEPORTES ALVARADO. Inmaculada L. se llevó el gato al agua. Seguro que les va a dar mucha caña.

viernes, 16 de octubre de 2015

OTOÑO EN NAVARRA

Como dice el poeta:
"Ya huele a otoño en el hayedo.
Ya vuelven los colores buscados a unirse a esas líneas caprichosas de la naturaleza."

Más o menos está condensada en esas dos frases estos días que hemos estado sendeando por Navarra. Olores de otoño; hayedos, aunque no solo hayedos; colores buscados; líneas que se juntan en el horizonte; naturaleza caprichosa o caprichos de la naturaleza.

Desde el Puerto de Ibañeta queda cerca la muga, la frontera con Francia. Una simple valla o un tosco bunker; la belleza de un hayedo o  el triste acecho de las aves migratorias,... todo forma parte de este recorrido a la sombra de Lindus, Mendiabundi o Menditxurri que nos vigilan desde sus más de mil doscientos metros. Acabamos caminando junto al arroyo Azker y las campas próximas a Orrega/Roncesvalles. Ver fotos AQUÍ.

El recorrido desde Auritz/Burguete hasta la Fábrica de Orbaitzeta es un maravilloso resumen de esta parte del Reino de Navarra. Al poco de salir de nuestro hotel ya nos adentramos en un espectacular hayedo a la umbría de Oiarburu que termina en un collado en el que podemos contemplar una amplia vista de nuestro próximo recorrido flanqueados por unos acebos bastante "creciditos". Volvemos sobre nuestros pasos para cruzar el barranco de Margolatea y bordear las campas del vecino Garralda. Pasamos junto a los frondosos pinares del Latxaga y buscamos el majestuoso hayedo de Lauzarán, bordeamos el alto de Arlagain para seguir descendiendo hasta Orbaitzetako ola; la Antigua Real Fábrica de Municiones de Orbaitzeta. El resto del camino nos permite disfrutar del paisaje rural de las bordas y queserías de Larraun. Ver fotos AQUÍ.

HOTEL LOIZU (BURGUETE)
Posiblemente la parte del camino de Santiago que nos lleva a Zubiri sea una de las más bellas de la ruta Jacobea. Sale de Auritz/Burguete en busca del arroyo Mugako para adentrarse en los bosques que nos llevan a la primera población que cruzamos, Auzperri/Espinal. Una prolongada subida nos lleva en busca del collado de Mezkiritz que nos permite adentrarnos en su bosque de hayas que nos lleva a Bizkarreta y, más tarde a Lintzoain. Una parada para reponer fuerzas para la segunda subida del día que nos ha de llevar al paso de Erro. Solo queda la prolongada bajada a Zubiri, al que accedemos por el Puente de la Rabia. Ya puede llover, ya estamos a cobijo. Ver fotos AQUÍ.

Como tampoco es necesario jugar con la meteorología, decidimos llevar nuestras maletas a la localidad de Burgui. Estamos a las puertas del Valle de Roncal y muy cerca de Aragón. Antiguamente bajaban los almadieros por las aguas del río Esca. Actualmente, además de honrarlos con una fiesta, conservan un paseo de los oficios donde podemos observar estas balsas de troncos, una calera, pozo de nieve,.... Este paseo nos lleva a las proximidades de la Foz de Burgui, donde habita una numerosa colonia de buitres. Además de esta reserva natural, pudimos admirar un espectacular bosque de abetos, el Abetal de Basari, que se encuentra en la cabecera del barranco de Sevince. Ver fotos AQUÍ.