lunes, 15 de abril de 2013

VALL DE GALLINERA

GRUPO EN LA PENYA FORADÁ
Podríamos decir que el río Gallinera actúa como nexo de unión entre las fértiles tierras costeras de Gandía y Denia y el industrial valle de Alcoi y Cocentaina. Y parece que viene de antiguo ese comercio a tenor de las numerosas oquedades con restos de actividad que se conocen en la zona. También los íberos nos dejaron la impronta de su civilización en las alturas del Xarpolar. Pero son los árabes o mejor sus necesidades de defensa, los que dieron esplendor a este valle.
El término municipal de Vall de Gallinera está formado por ocho núcleos de población: Benisili, Llombay, Alpatró, La Carroja, Benitaia, Benissivá, Benialí y Benirrama. Si dejamos atrás Planes de la Baronía, nos adentramos entre paredes rocosas, en el Valle. Hacia el sur nos veremos observados por el Castillo de Benisili. Su fuente cercana le confirió una importancia estratégica sobre el resto. Plaza fuerte del señor de Alcalá llamado Mohammad Abu Abdallah Ben Hudzail, aunque más conocido por el sobrenombre de Al-Azraq, el blau, por el color de sus ojos.
La subida desde la carretera la realizamos por un camino entre campos de cerezos hasta que llegamos a los contrafuertes rocosos, donde se reduce a una mínima senda por la que ganamos rápidamente altura. Personalmente la llegada a la base de la fortaleza me produce una sensación de sosiego y tranquilidad. Seguramente el cansancio hace mella. Junto a la fuente decidimos parar a reponer fuerzas y poder observar los pocos restos que quedan en pie. Esta zona fue tomada por el rey Jaume I a base de pactos de vasallaje y sometidos siempre a los caprichos del momento político.
Continuamos subiendo hasta la parte alta de la sierra donde ya se intuye el largo recorrido que nos queda. Las antenas del Miserat quedan lejos, demasiado lejos. En un continuo vaivén avanzamos lentamente por un camino que a veces solo se intuye. Llegamos a concurrido vértice geodésico de la Penya Roja. Aunque las vistas son espectaculares debemos continuar ya que el camino va a ser largo. Ya avistamos el siguiente hito y, quizá, el más conocido: la Peña Foradá (737m). Dos veces al año, en octubre y marzo, se produce una curiosa alineación. La luz solar penetra por el agujero de la Penya y se alinea con la situación del antiguo convento de Sant Francesc de Benitaia.
Desde este punto ya vamos perdiendo altura y pasamos a caminar por la parte de la sierra recayente a la Vall d'Alcalá. En los corrales del Passet paramos a comer (algo tarde hasta para nuestros horarios, mea culpa) y reponer fuerzas. Esta segunda parte del recorrido es más sencilla para caminar y poco a poco llegaremos hasta la base del Miserat. Al inicio del día parecía que estaba muy lejos pero ya lo teníamos al alcance de la mano. Desde el collado iniciamos el descenso hasta el otro guardián del valle. El castillo de Benirrama custodia la puerta de poniente del valle. Desde este punto sería fácil proteger sus acceso y en la actualidad es un frondoso vergel con unas vistas impresionantes sobre el mar, la Serra de Segaria, el Montgó,...
Solo quedaba rodear el castillo y bajar tranquilamente hasta las frescas y estrechas calles de la aldea. Aquí parece que el cansancio había quedado a un lado y nos centramos en una de las necesidades del caminante: la hidratación. Magnífico día de montaña con un estupendo y animado grupo de senderistas. Así es más fácil disfrutar del monte.
Fotos de Sendeando AQUÍ y de Manuel P. AQUÍ.

Hay que añadir que sorteamos los bastones telescópicos regalados por DEPORTES ALVARADO. En un primer sorteo, la agraciada fue Marga Sebastián; como ya había podido disfrutar de la suerte en algún otro sorteo, prefirió que sacáramos otra bolita. Y de Marga se fue a Margarita Sanchotello. Enhorabuena y ¡disfrútalos!

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