FARO |
La turística localidad de Cullera nos esperaba para la última excursión del primer semestre. Antes habíamos sorteado los bastones obsequio de DEPORTES ALVARADO. Marián V. fue la primera afortunada pero pidió que se volvieran a sortear. Fue Inma N. la agraciada con este nuevo sorteo que regaló a su compañero de asiento. Resumiendo, el amigo Manuel S. será el que disfrute de los bastones en próximas salidas al monte. ¡Qué difícil es regalar algo!
Si difícil resultó el sorteo, no menos difícil resultó almorzar. Desde que hemos llegado al pleno empleo y a la deuda cero, todos son problemas. Era tal el previsible aluvión de turistas que nos fue difícil encontrar una mesa a unos humildes senderistas que llevan su propio bocata.
Empezamos el recorrido junto al mercado para tomar la empinada subida del Calvario hasta llegar a la explanada del Castilo junto a la ermita. Desde aquí nuestra vista abarca todo el arco hasta el Montgó. La Serra de Corbera, el Montdúver, Segaria,... Rodeamos el antiguo castillo árabe para continuar la subida hasta el llamado Mirador del Fort. Se trata de antiguos restos de la primitiva fortificación. Desde aquí ya podemos disfrutar de las vistas sobre la Albufera y la línea de playa hacia la ciudad de Valencia.
Desde aquí seguimos las marcas amarillas y blancas del sendero PR-CV 336 que nos llevan, por la parte alta de la loma en dirección al Faro de Cullera. Las subidas y bajadas se van alternando. Playas, apartamentos,... a nuestra derecha; marjal, huertas, ermitas,... a nuestra izquierda. Dos mundos diferentes y con intereses muy dispares. Llegamos finalmente a las cercanías del Faro y a nuestro final de etapa. Un baño refrescante y una agradable comida nos esperaban. Comenzamos el segundo semestre con excursiones nocturnas, viajes y algo de descanso.
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