Tras los baños y la noche en Devin, ya podíamos decir que estábamos en los Ródope. Es una región fronteriza con Grecia, donde se mantiene la huella dejada por los turcos. Iniciamos el recorrido en la población de Shiroka Laka. En ella podemos admirar sus antiguos edificios y construcciones auxiliares. Su Escuela Nacional de Arte Popular y el Festival Internacional de Gaita ayudan a conservar las ricas tradiciones búlgaras.
Tras la visita turística, nos encaminamos hacia Gela para rendir culto a Orfeo. Un grupo por su cima y la cresta de Perelik y el otro por sus laderas panorámicas pudimos dar fe de su bravura. Lo que comenzó como un día soleado, terminó con "fuertes aguaceros y aparato eléctrico", como dirían nuestros televisivos meteorólogos. Y ya van dos. Hace dos años tuvimos que aguantar los gritos de Orfeo, el legendario cantante. Algo mojados nos dirigimos a las afueras de Smolyan, hotel Smilen. Ver fotos de Sendeando y de Tere y Ramón
El 12 de agosto tuvimos una inmersión en la cultura de esta región. Nos trasladamos hasta la localidad de Gorna Arda para hacer un bello recorrido hasta el nacimiento del río Arda. El guía local nos fue explicando la dificultad de vivir junto a una frontera que lo fue entre dos mundos tan distintos, el llamado telón de acero. Primero por pastos y pinares y después entre hayas el variado recorrido nos llevó a un conjunto de edificaciones dedicadas a comer y beber junto al sonido de la "gaida", la gaita búlgara, elaborada con piel de cabra. Ver fotos de Tere y Ramón y de Sendeando.
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