Llevábamos un tiempo con ganas de programar la subida al Cavall Verd. Por una parte los indudables atractivos excursionistas. Su posición entre el Valle de Laguar y el de Pop lo convierten en una atalaya privilegiada sobre la comarca alicantina de la Marina. A esto hay que sumar la elegante Serra del Penyal, con un magnífico recorrido que nos permite disfrutar de la mayoría de las sierras cercanas. Finalmente la divertida parte final, en la que tenemos que ayudarnos de cierta pericia para vencer los últimos desniveles. Por otro lado la importancia histórica. Tras el decreto de expulsión de 1609, los moriscos, valencianos de pleno derecho, se refugiaron en estos valles para defenderse de los tercios del rey. Armados con piedras y alguna ballesta, no pudieron resistir el asalto de unas tropas bien armadas. Los últimos se encaramaron al Cavall Verd como solución final. Ese caballo alado que, según la leyenda, les iba a salvar. Desgraciadamente, los pocos supervivientes abandonaron la península por los puertos cercanos. Dejaron así una tierra en la que habían nacido.
Iniciamos nuestro recorrido en Benimaurell, el Poble de Dalt de la Vall de Laguar, en busca de un acceso por el oeste de la sierra. Poco a poco ganamos altura entre antiguos bancales y caminos serpenteantes. Estamos en la umbría de la Penya Alta (847m), techo de la sierra. Ganado el collado y la Penya, comenzamos nuestro recorrido “siempre a Levante”, con el Montgó y el mar como extraordinario fondo. Subimos, bajamos, destrepamos, trepamos y, de vez en cuando, paramos para reagruparnos y disfrutar de las vistas.
Finalmente, coincidiendo con una ligera lluvia, llegamos al collado previo al Cavall Verd. Un grupo más reducido inicia la divertida subida. Ya en la cima la comarca de la Marina se abre a nuestros pies. Segaria, el Montgó, Oltá, el Carrascar de Parcent, Aitana, Serrella… De vuelta al collado la temperatura ha bajado sensiblemente y es el momento de continuar el recorrido. Tenemos que rodear el Penyó Roig por su umbría entre bancales de secano y restos de antiguas pinadas para llegar a Murla, final de nuestra excursión.
Paqui se llevó los bastones obsequio de DEPORTES ALVARADO e Isabel un estupendo tubular Sendeando.
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