lunes, 14 de marzo de 2016

CRESTAS DE LA PLANA

Parece un oxímoron hablar de crestas en La Plana. ¿Qué crestas puede haber en La Plana? Si es plana será porque no hay crestas ¿no? Ese es el misterio de una gran provincia como es la de Castellón. Hay montañas hasta en La Plana. 

Ya habíamos recorrido la parte norte de esta sierra que divide la comarca de la Plana Alta. Saliendo de La Pobla Tornesa, seguimos la línea desde el Coll de la Mola hasta el Bartolo para terminar en la Ermita de les Santes, en tierras de Cabanes. En esta ocasión salimos de Convent Nou del Desert de les Palmes para llegar a este mismo collado y seguir las crestas de la parte sur hasta Borriol.

La situación del restaurante del Desert de les Palmes no ayuda a ponerse a subir y bajar montes. Su ubicación y la chimenea invitan a disfrutar de este mirador y a comenzar una agradable conversación junto a la lumbre. Pero habíamos venido a caminar y eso hicimos. Pasamos junto al Covent Nou de los Carmelitas, subimos a la Portería Alta donde se encuentran las ermitas del Carme y de Sant Joan y nos acercamos al centro de Información del Parc Natural del Desert de les Palmes. Allí pudimos informarnos de las particularidades del terreno por el que íbamos a caminar el resto del día, de su fauna y flora y de la permanencia de la orden Carmelita en estas tierras.

Accedemos al Coll de la Mola y compartimos un trecho con la Marató de Muntanya de Borriol. Nos convertimos en pomponeros ocasionales de estos corredores y corredoras. Desde el collado rodeamos la Mola del Morico por la umbría de la sierra hasta el Portell. Aquí comienza una dura subida hasta la Roca Blanca. Todo esfuerzo tiene su recompensa y las vistas desde sus más de seiscientos metros de altura lo son. Por un lado el valle de Borriol - La Pobla Tornesa por el otro la Plana de Castellón y Benicassim, con el mediterráneo como fondo.

Tras el descanso tenemos un largo descenso hacia el Coll de Benisalema. Una breve parada para reagruparnos y animar a los corredores que luchan con los duros 42 kilómetros de la MABO. Nos relajamos un rato por un camino entre cultivos de secano antes de comenzar la subida al Raca, segunda tachuela del recorrido. Ya en el vértice geodésico aprovechamos la brisa del mar para refrescarnos y reponer fuerzas. Entre bocado y bocado animamos a los sufridos escobas de la carrera.

A partir de este punto tenemos una larga bajada, con un par de subidas para no relajarnos, antes de llegar a nuestro destino, la ermita de Sant Vicent Ferrer de Borriol. Allí predicó el santo y en su memoria se levantó en el siglo XVII. Fotos de la excursión AQUÍ.

Como de costumbre realizamos el sorteo de bastones obsequio de DEPORTES ALVARADO. En esta ocasión Fernando A. sacó la bolita y, como Juan Palomo, se llevó los bastones. ¡¡¡Enhorabuena!!!