lunes, 27 de mayo de 2013

TOSSAL DE LA NEVERA

PEDRA EN SEC
El lugar de l'Avellà es un precioso rincón entre encinas. Cuenta la leyenda que una anciana ciega y leprosa caminaba por estos lugares acompañada de un niño. Se dirigía a la Salvassoria a implorar a Santa Lucía cuando, cerca de la fuente, oyó a la Virgen que le invitaba a lavarse los ojos con sus aguas. Se produjo el milagro y la anciana recuperó la vista y la salud. Al hacer público el suceso, se construyó una capilla; después una ermita, unos baños, una hospedería, una embotelladora,.... Un magnífico lugar, en definitiva, para comenzar nuestra excursión.
La primera parte del recorrido transcurre en el interior de un bosque de encinas hasta que vamos cogiendo cota y nos adentramos en la Sierra de la Nevera a los pies del Campaneret. Podemos contemplar diferentes construcciones de pedra en sec: cabañas de pastor, muros, contadores, etc. Seguimos caminando junto a estos muros hasta alcanzar la cima del Tossal de la Nevera (1.286m). Como hace algo de viento, foto y para abajo.
En el descenso pasamos, primero, junto a la Nevera Vella y, más tarde, junto a la Nevera y Mas de la Serra. Es un lugar verdaderamente bonito a los pies del Tossal y en el encuentro del los Barrancos de la Canaleta y de la Masada. A este último nos dirigimos para buscar su fuente y hacer una parada para reponer fuerzas y comer.
Reanudamos el camino por este barranco hasta llegar a Catí. Declarada Conjunto Histórico Artístico en 1.979 y Bien de Interés Cultural en 2004, encontramos algunos bellos edificios del gótico civil valenciano. Esta Villa Real tuvo un gran protagonismo en todos los trabajos alrededor del aprovechamiento de la lana (Peraires en nuestra lengua). Hasta el siglo XVII, con la llegada de la manufactura de la seda, Catí fue un lugar de negocio importante. De ahí viene la poesía popular:
A Catí tots son Peraires.
A Traiguera, canterers.
A la Serratella, lladres.
I a Albocasser, malfainers.
En fin, Villarriba y Villabajo en  versión medieval. Tras la hidratación pertinente y algo de descanso, visitamos una tienda donde pudimos proveernos de dos productos tradicionales: el queso y el guirlatxe de Catí. Magníficos ejemplos de la dieta mediterránea.
En relación al sorteo de los bastones telescópicos regalados por DEPORTES ALVARADO, vale la excursión anterior. De nuevo fue Jan Z. el afortunado ganador. En la próxima le grabaremos su nombre en los bastones.
Fotos de la excursión AQUÍ.

lunes, 13 de mayo de 2013

SIERRA DE GÚDAR

RAMBLA DE LAS UMBRÍAS
Parece que los días de frío y algunas nevadas han pasado y nos llega un tiempo verdaderamente primaveral; es decir, días locos donde podemos empezar con solecito y acabar con pedrisco y alguna cosa más. Es cualquier caso, ninguna queja. Día estupendo, ni frío ni calor, algo de viento y la lluvia,... en el bus. Y en el bus íbamos cuando llegó el sorteo de los bastones telescópicos de DEPORTES ALVARADO. En esta ocasión, como en tantas otras, el sorteo favoreció a un debutante: Jan Z. Luego lo veréis en alguna foto mostrándolos con alegría.
El camino entre la Virgen de la Vega y Alcalá de la Selva es un precioso paseo junto al río Alcalá. Se va pasando de una orilla a la otra en un cómodo caminar hasta que aparece al frente el castillo y la torre de la iglesia parroquial. Tras recorrer sus empinadas calles, salimos de Alcalá en dirección al Barranco del Nacimiento. Vamos ganando altitud y pasamos cerca de antiguas masías (Valdearquero, Hoya Millán, Salas,...). Pasada esta última abandonamos el camino carretero para adentrarnos en el bosque junto al Barranco de Cirujeda que nos llevará hasta el río Alfambra. Desde aquí nos quedaba la pesada subida hasta la localidad de Gúdar. Aquí terminaba la primera parte del recorrido.
La tarde la dedicamos a realizar un recorrido circular por el Barranco de las Umbrías. Salimos de esta hermosa población por el camino de Valdelinares. Lo abandonamos al poco para tomar dirección norte hacia la Majada de los Doce. Poco antes de llegar decidimos hacer una parada para reponer fuerzas y disfrutar de la agradable temperatura. Desde este punto fuimos descendiendo hasta llegar al inicio de la Rambla de las Umbrías. Después de las abundantes lluvias de estos días, este recorrido es una sucesión de cascadas y pozas. Caminar con el sonido del agua es un placer que, desgraciadamente, no podemos sentir en nuestras tierras muy a menudo. El barranco se va abriendo poco a poco hasta llegar a las cercanías de la masía de Las Costeras.
Y, efectivamente, lo que quedaba era una de esas costeras; la madre de todas las costeras, mejor dicho. Poco a poco nos fuimos acercando a la población para entrar en ella por la calle Amargura, nombre muy apropiado. Solo nos quedaba reponer líquidos y subir al autobús para contemplar la lluvia y las fabulosas pinadas de la Sierra de Gúdar. Sin ninguna duda pasamos una magnífica jornada en esta sierra turolense.
Fotos de Sendeando AQUÍ.