Viernes, 20 de marzo. Hoy llega la primavera. Bienvenida sea. Esta vez hemos decidido ir hasta Lluc en bus para alojarnos en el refugio de Son Amer. Al llegar antes de las 16h (hora de entrada)dejamos las mochilas junto a recepción y decidimos acercarnos al Santuario. Nuestro viejo conocido (estuvimos 15 días hace unos años) sigue con su limpieza de cara y algunas reformas (como la nueva y diminuta oficina de información). Fotos del refugio aquí.
Para no perder las buenas costumbres decidimos obsequiarnos con una buena comida a base de frito mallorquín, cabrito, lomo con col y gató. Para qué sufrir. Después de este pequeño homenaje decidimos juntar un par de recorridos para bajar la comida. Subimos por Es Camell hasta la carretera para continuar por Menut y Binifaldo para, a través del Coll des Pedregaret y el Bosc Gran llegar al Refugio. Aproximadamente unas 4 horas de camino, parada a hacer la siesta incluida.
El camino hacia Es Camell se inicia junto al campo de fútbol. En nuestro caso cruzamos por un puente el torrent del Lluc para ascender por un bosque de encinas que crecen entre las rocas "arañadas" llamadas lapiaz. En este lugar mágico es donde decidimos realizar la "parada técnica" y hacer una pequeña siesta. Se sigue subiendo y, al llegar a un rotllo de sitja, aparece una indicación a Es Camell. Es este un rincón sorprendente donde la naturaleza ha moldeado las rocas formando imágenes caprichosas. Una de ellas tiene forma de camello y da nombre al lugar. Continuando un poco más el sendero se llega a un fabuloso mirador.
Para no perder las buenas costumbres decidimos obsequiarnos con una buena comida a base de frito mallorquín, cabrito, lomo con col y gató. Para qué sufrir. Después de este pequeño homenaje decidimos juntar un par de recorridos para bajar la comida. Subimos por Es Camell hasta la carretera para continuar por Menut y Binifaldo para, a través del Coll des Pedregaret y el Bosc Gran llegar al Refugio. Aproximadamente unas 4 horas de camino, parada a hacer la siesta incluida.
El camino hacia Es Camell se inicia junto al campo de fútbol. En nuestro caso cruzamos por un puente el torrent del Lluc para ascender por un bosque de encinas que crecen entre las rocas "arañadas" llamadas lapiaz. En este lugar mágico es donde decidimos realizar la "parada técnica" y hacer una pequeña siesta. Se sigue subiendo y, al llegar a un rotllo de sitja, aparece una indicación a Es Camell. Es este un rincón sorprendente donde la naturaleza ha moldeado las rocas formando imágenes caprichosas. Una de ellas tiene forma de camello y da nombre al lugar. Continuando un poco más el sendero se llega a un fabuloso mirador.
Ya de vuelta en el último cruce hay que seguir el sendero a la derecha hasta llegar a un encuentro de caminos. En nuestro caso tenemos que seguir el de la derecha en dirección a la carretera.
Una vez en ella, con precaución, debemos ir hacia la derecha para tomar el primer desvío a la izquierda que es el acceso a las fincas de Menut y Binifaldó. A partir de aquí seguimos la carretera asfaltada hasta el Coll des Pedregaret.
Hemos pasado junto a las casas de Menut y su horno de cal, el desvío al camino de Pollença y las casas de Binifaldó hasta llegar a una valla que cierra el paso a la finca pública (?). Hemos llegado al Coll des Pedregaret en el que hay que pasar al otro lado de la pared divisoria indicada con marcas del GR.
Este último tramo hasta el refugio es una enciclopedia viva de como vivían los carboneros y calcineros. Sin lugar a dudas una vida dura tal y como queda reflejado en el dicho popular "Qui fa calç va descalç". Se suceden uno tras otro, barracas y rotllos de sitja, fuentes, miradores,.... dentro de un bosque mixto de pinos y encinas. Fotos de la excursión aquí.
Una vez en el refugio nos atiende Pedro, uno de los guardas. Con la amabilidad a la que nos estamos acostumbrando, nos vuelve a adjudicar una habitación con dos literas para nosotros dos. A modo de coña dice que no nos pone en la habitación grande porque está llena de alemanes e ingleses,...."todos mezclados". Muy ocurrente (muchas gracias, por cierto).
El refugio de Son Amer domina el espacio circundante y no solo el camino de acceso, sino las vistas desde él son increíbles. Lástima que al estar tan cerca de la carretera, recibe algunos clientes no habituados a la convivencia en un refugio de montaña.
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