viernes, 6 de septiembre de 2013

ALTOS ALPES (II)

Briançon
Sébastien Le Prestre (1633-1707), Mariscal de Francia. Más conocido como Marqués de Vauban o, simplemente, Vauban, fue un ingeniero militar que, al servicio de Luis XIV, destacó por sus innovadores métodos para el diseño y asedio de fortificaciones. En Francia construyó o consolidó muchas ciudadelas que hoy forman parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Desde Mont-Louis en el Pirineo hasta Arras en el norte del país. Nosotros vistamos dos de ellas, Briançon y Mont-Dauphin.
Briançon está situada a 1.326m. Esta altitud y su situación geográfica le confieren unas características muy especiales. Se dice que está situada al norte de los Alpes del Sur y al sur de los Alpes del Norte. Ciudad muy montañera a la vez que goza de muchos días de sol. Nosotros, por lo tanto, la visitamos en un día excepcional. No lucía el sol y llovía intermitentemente. Fue capital de la República de Escartons en el siglo XIV y plaza fuerte en el XVIII. Visitar su ciudadela es pasear por el interior de una zona amurallada. Plazas de armas, murallas, caminos de ronda,... se entremezclan con edificios civiles y religiosos, restaurantes, comercios,... La Francia de los mosqueteros en estado puro.
Mont-Dauphin, sin embargo, es algo más solitaria. Plaza fuerte para la seguridad de la frontera alpina, conserva todavía la traza urbana de un emplazamiento militar. Todo está pensado para su utilidad sin un resquicio estético que pueda despistar a sus visitantes. El lugar donde se asienta la fortaleza construida por Vauban en 1693 es grandioso. 
El siguiente día (9 de agosto) volvimos al Valle de Champsaur para realizar una excursión por los alrededores de Prapic. Nos esperaba un estupendo recorrido llamado Le Tour de Basset, siguiendo el curso de Le Drac Noir, dentro del Parque Nacional des Ecrins. Partimos de la tranquila aldea hasta llegar al oratorio de Coulet y la zona del Plateu de Charnière. Aquí mandan las marmotas y, consecuentemente, los niños y fotógrafos. Seguimos subiendo hasta la Chapelle de la Saulce. Parece que en los años de sequía los habitantes del valle peregrinan hasta esta capilla para implorar a Notre Dame de Bon Secours algo de lluvia. Según la tradición, cuando termina el oficio los peregrinos van a darse un buen baño a nuestro siguiente destino: la cascada del Saut du Laire
Cruzamos el Drac por un puente construido en la parte alta de la cascada y continuamos nuestro camino por la propiedad de Basset. Este sendero nos permite ver desde el aire todo el recorrido que hemos hecho hasta la cascada. Es verdaderamente espectacular. Después de comer en un excelente mirador volvimos a Prapic para disfrutar del buen ambiente y sus cervezas (claro). Fotos AQUÍ.
Seguiremos con la crónica en próximas entregas.

No hay comentarios: