lunes, 8 de abril de 2019

LA SERRA FORADADA


Uno de los muchos rincones a destacar de la Marina Alta es la Serra de la Foradada y los valles que la rodean. Al Sur la Vall d’Alcalà con sus núcleos de población de Beniaia y Alcalà de la Jovada. Cuna de Al-Azraq (el blau); el valenciano de los ojos azules. Coetáneo de Jaume I y grandes aficionados a firmar tratados que nunca cumplirían. Era la diplomacia de la época. Por el despoblado morisco de l’Adzuvieta todavía se puede percibir como vivían nuestros antepasados. Esos valencianos que tuvieron que abandonar sus tierras por la envidia y la religión. De la administración “de poniente” nunca no llega nada bueno.

El sendero hasta la Foradá es muy agradable y nos permite disfrutar de un ambiente de montaña sin grandes esfuerzos. La panorámica hacia el norte es esplendida gracias a un día ventoso y las lluvias de la tarde anterior. Seguimos la cresta de la Sierra y llegamos al Corral del Moro y su acceso a la famosa Coveta. Llegamos a la Era del Tío Camilo y tomamos el Camí del Passet de Benissivà en la umbría. Un camino que nos permite admirar las paredes sobre las que hemos caminado.

Tras parar a comer llegamos a los caminos que comunican las tierras de cultivo de la Vall de la Gallinera. Abundan los cerezos; la mayoría con el incipiente fruto asomando y algunos en flor. El invierno caluroso que hemos sufrido ha hecho que lleguemos tarde al espectáculo de su floración. Pasamos junto al lugar donde se ubicaba el convento de los Franciscanos marcado por el ya famoso rayo de sol que atraviesa la Foradà dos veces al año. Cruzamos Benitaia para finalizar la excursión en Benissivà.

Fotos de Cristina, de Ramón y de Sendeando.

Victoria se llevó los bastones que sorteamos gracias a la colaboración de DEPORTES ALVARADO.

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