jueves, 20 de marzo de 2014

FALLAS EN ÁVILA Y CÁCERES

MIRADOR DE LOS CUATRO POSTES

No sabía muy bien como empezar esta crónica hasta que he leído esta mañana una cita de María Zambrano que decía "Vamos a ser serios del modo más alegre" y ese es precisamente el resumen de estos cinco días. Caminar por el monte es una actividad que hay que afrontar con el mayor rigor posible pero lo hemos realizado del modo más alegre que hemos podido. Claro que unos días soleados, una temperatura templada y un viento fresco ayudan. 
Después de una mañana de viaje, la primera parada la hicimos en Ávila. Allí pudimos disfrutar de unas horas libres para dar buena cuenta de la gastronomía local y de una ciudad Patrimonio de la Humanidad. Vista la ciudad intramuros, nos trasladamos al mirador de los cuatro postes para obtener una imagen más global de sus murallas. Solo nos quedaba un rato más de viaje para llegar al que sería nuestro hotel estos días; el Hotel Real de Barco de Ávila. Un cómodo establecimiento situado junto al río Tormes con unas estupendas vistas sobre la localidad.

El domingo 16 de marzo estaba dedicado al Valle del Jerte. Entramos en Extremadura por el Puerto de Tornavacas. Situado a 1.275m de altitud, el mirador allí mismo construído nos permite una visión total del valle hasta Plasencia y su embalse. Un recién nacido río Jerte corre rápido por la calles de Tornavacas, punto de inicio de nuestra ruta. La primera parte del recorrido coincide con el GR-10 y la Ruta de Carlos V. Es un cómodo camino que discurre entre huertas y bancales repletos de cerezos. Aún no había llegado el momento de la floración pero ya se podía intuir cómo sería ese espectáculo de flor blanca. 
A la altura de la localidad de Jerte, abandona el río para adentrarse en la Reserva Natural Garganta de los Infiernos. Nos dirigimos al barranco de dicho nombre para cruzar sus aguas por el puente Sacristán y seguir el curso de sus aguas hasta llegar a la zona llamada de los Pilones; la más conocida y turística del recorrido. La ruta termina en su confluencia con el río Jerte, lugar donde está situado el Centro de Interpretación, un camping, unos bares, cervecita fresca,.... Tras el avituallamiento fuimos a visitar Cabezuela del Valle, con un conjunto urbano muy interesante. Fotos de Sendeando AQUÍ.

El macizo central de Gredos era el destino preparado para el día 17. Nuestra primera intención era llegar hasta la Laguna Grande, pero la abundancia de nieve en el Circo de Gredos nos obligó a tomar otra de las muchas opciones. Desde la plataforma (1.770m) ascendimos hasta el Prados de la Pozas. Estábamos solos y pudimos disfrutar de este tranquilo lugar rodeados de la abundante nieve que cubría la zona de los Barredones. Nuestro destino era seguir las aguas de la Garganta de las Pozas. Ha medida que descendíamos iba despareciendo la nieve y comenzamos a ver algún grupo de cabras montesas. Las hembras con sus crías y, en algún altozano, los machos. Donde la Garganta de las Pozas se une a la Garganta de Gredos está situado el Puente de Roncesvalles. En este magnífico lugar paramos a comer y descansar.
A medida que descendemos aparece la vegetación y, poco a poco, lo que solo era piedra y agua, se convierte en unos pequeños bosques de carrascas; más tarde estos bosques van tomando importancia y alojan corrales para los pastos veraniegos. Finalmente llegamos junto al río Tormes con sus zonas cultivables y sus bosques de ribera. Solo nos queda subir hasta Navalperal de Tormes donde nos espera el bus y unas cervezas bien frescas. Fotos de Sendeando AQUÍ.

GREDOS
El día 18 nos esperaba el cacereño Valle de Ambroz. Paralelo al del Jerte, es un lugar donde abunda el agua; ya sea en sus numerosos torrentes, en piscinas naturales o en tranquilos balnearios. Abundan también los robles, castaños, abedules y alcornoques. Salimos de Segura de Toro junto a sus piscinas naturales para adentrarnos en la dehesa. Primero pasamos por un bosque de robles hasta que van apareciendo en solitario alternando con alcornoques. Estos ejemplares aislados junto con las charcas, abrevaderos, pilones,... forman la dehesa. Llegamos a la localidad de Gargantilla donde aprovechamos para hacer un alto en el camino y refrescarnos. Es decir, tomarnos una cervecita fresca con alguna que otra tapa.
El camino hasta Hervás lo realizamos por el interior de un extenso bosque de castaños y cruzando los abundantes arroyos que lo surcan. Comemos a las puertas de esta hermosa población. Después aún tendremos tiempo de disfrutar de la Iglesia de Santa María, del barrio judío y de sus plazas porticadas. No podía faltar el vino de Pitarra y alguna cosilla más. Fotos de Sendeando AQUÍ.

Para el día de San José nos esperaba Santa María de Berrocal y la Ruta de los Lavaderos (PRC-AV 58) de reciente trazado. Esta ruta circular une diferentes poblaciones cercanas y nos muestra antiguos lavaderos (de lana o domésticos) que abundan por la zona y que dan fe de una fuerte tradición textil. Salimos de la localidad para dirigirnos hacia el cementerio y llegar al Lavadero de Fuente Merina. Junto a él podemos admirar algunas encinas de gran porte. Pasamos junto a Navahermosa de Corneja para adentrarnos en un estrecho sendero que nos lleva hasta el Lavadero de las Pozas. Esta situado en un idílico rincón rodeado de muros de piedra en seco y carrascas. Desde este lugar comienza la subida El Mirón; localidad que hace honor a sus nombre ya que dispone de unas extensas vistas sobre el valle y la sierra que lo enmarca. Caminamos entre corrales de ganado por antiguos azagadores que van ganando altitud hasta llegar a las faldas de los restos del Castillo, magnífico mirador a 1.299m de altitud.
Comenzamos el descenso hacia el Lavadero de el Valle para buscar la carretera AV-104 donde se encuentra el Lavadero de los Caños. Algunos pensamos que parece un milagro su conservación en un sitio de tan fácil acceso. Pasamos por la aldea de Valdemolino para afrontar la última parte del camino. 
Nos esperaba la sorpresa del día. El ayuntamiento de Santa María de Berrocal, a través de Sonia Esqueta del Departamento de Comunicación Corporativa, se puso en contacto con el grupo al saber de nuestra visita. Nos ofrecieron abrirnos las puertas del Lavadero de El Pilón y allí mismo su alcalde Javier Blázquez, nos habló del lavadero y de la ruta que estábamos a punto de terminar. Gracias al rápido trabajo de Sonia, quedará constancia de nuestra visita en el Boletín Informativo nº 152 del ayuntamiento. Agradecemos su hospitalidad y quedamos a su entera disposición. Fotos de Sendeando AQUÍ.

Y hasta aquí llegó la excursión. Ya en el viaje de vuelta sorteamos los bastones telescópicos gentileza de DEPORTES ALVARADO. En esta ocasión la suerte fue a parar a las manos de un experto montañero, Vicente C. Seguro que les hará muchos kilómetros.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por vuestras amables palabras. Fue un placer recibiros. Ya sabéis donde estamos para cuando queráis volver, eso sí, la próxima vez con algo más de tiempo. Un saludo desde los lavaderos berrocalenses