CASTELL D'ALARÓ

El acceso al valle de Orient desde Alaró se encuentra protegido por dos poderosos baluartes: el Puig de s'Alcadena (815m) y el Puig d'Alaró (821m). En este último se encuentra el Castell del mismo nombre y la capilla de Nostra Señora del Refugi. Entre ambos baluartes discurre el Torrent de Solleric (foto superior). Tan abrupto es el terreno que este castillo jamás fue conquistado.

Cercado por Jaime I, el rey moro Benahabat lo rindió sin ofrecer resistencia una vez perdido el resto del territorio. Más tarde fue Alfonso II de Aragón el que intentó su conquista. En este caso (según cuenta la leyenda) fue el hambre el que venció a los defensores, Guillem Cabrit y Guillem Bassa, hasta llegar a su rendición. Los Guillem acabaron "a la parrila" pero se convirtieron en mártires. En su honor y en el de todos los demás, el rey fue obligado por el Papa Gregorio XII a erigir una capilla.

El pasado 7 de diciembre el castillo carecía de defensores, el camino se encontraba en perfectas condiciones y la climatología era propicia. Además nos acompañó durante unos minutos las notas de una gaita que surgían de lo más alto de la montaña.

Desde el restaurante Es Verger fuimos ascendiendo hasta las murallas del castillo. Al principio la pista forestal asciende en fuertes lazadas hasta el collado donde se junta con el que viene de Orient. A partir de este punto el camino escalonado de pedra en sec nos lleva hasta el acceso al Castell. Una vez repuestos del esfuerzo, las vistas son impresionantes. Al fondo del valle la finca de Solleric y al frente los techos de la isla: el Massanella y el Puig Major.

Solo queda un último esfuerzo hasta llegar a la capilla y las instalaciones hosteleras (alojamiento y restauración) del lugar. Desde aquí podemos disfrutar de una amplia visión de la comarca del Pla, de la ciudad de Mallorca y algunas zonas costeras.

Lo mejor, poder comer a más de 800 metros disfrutando de buena compañía y hermosas vistas. Seguro que George Sand conocía estos parajes cuando dijo: "Mallorca es la verde Helvecia bajo el cielo de Calabria, con la quietud y el silencio de oriente". Mejor será que me deje la lírica y pasemos a las FOTOS.