miércoles, 15 de diciembre de 2010

PENYA DES MIGDIA


Tras donar un par de días al Muy Ilustre Gremio de Controladores Aéreos, el pasado 6 de diciembre pudimos visitar los alrededores de la Ermita de la Victoria (Alcudia). La excursión prevista consistía en acceder a la antigua Atalaya y subir, si procedía, hasta el cañón situado en laPenya des Migdía.
La leyenda de la virgen de la Victoria concuerda con la popular tradición de diversas apariciones y desapariciones, moros malignos y monjes constructores de ermitas. Todo ello aderezado con la obtención de numerosos triunfos sobre los piratas y también sobre los campesinos sublevados (agermanats) en tiempos de Carlos V. De todos es sabido que levantarse en armas contra de la aristocracia y los latifundistas está muy mal visto en las "alturas". Además de todo esto, la ermita también es hotel.
En fin, tenemos Ermita, llevamos botas, bastones, agua,.... pues a caminar. La primera parte del recorrido se realiza por una sobredimensionada pista que pasa junto a las cruces (ver fotos) hasta llegar a un senda con barandillas que aparece a nuestra izquierda. A partir de este punto las vistas son impresionantes.
A nuestra derecha tenemos las paredes de la Penya, al frente la Península de Formentor y a nuestra izquierda la Bahía de Pollença. Todo un juego de luces y sombras cambiantes que vamos descubriendo a medida que avanzamos. Al poco tiempo llegamos a una de las zonas más divertidas del recorrido. Tenemos que atravesar una especie de garita y un puente posterior que dispone de una cadena para asegurar nuestros pasos. A partir de aquí llegamos a una zona que dispone de las antiguas instalaciones de defensa (horno, barraca, aljibe, ...) y un mirador. La vista sobre el Cap des Pinar, hasta hace poco propiedad militar, es inmejorable.
Desde este punto, solo queda progresar por la empinada senda que nos lleva a la Penya des Migdía y su cañón. Este punto formaba parte de la extensa red de torres vigía que circunda la isla y la protegía de las escaramuzas que se organizaban. Hay que ver el gusto que le tenía a estas tierras los piratas turcos!
La vuelta se hace por el mismo camino. Nosotros, tras un "almuerzo" con vistas a la bahía de Pollença, nos encaminamos al Santuario de Lluc. Tras aparcar el coche, nos dimos un paseíto hasta el cercano refugio de Son Amer. Lugar con unas impresionantes vistas sobre el Puig Roig y toda la sucesión de torrentes que conducen sus aguas al Clot d'Albarca. A la vuelta al Santuario, completamos la tarde con una rápida visita a la capilla y la identificación de los escudos municipales.
Si os apetece, podéis ver algunas fotos pinchando AQUÍ.

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